Cowboy Bebop, cuando el jazz y el anime se funden para crear magia.
Francisco Imbernón
Quizás el título te parezca desmedido, y puede que incluso presuntuoso, pero hay pocas series de animación que han significado tanto para el mundo del anime como Cowboy Bebop. Una pequeña joya de tan sólo 26 episodios, que si todavía no conoces te enamorará.
Como puedes leer en estas primeras líneas, me va a costar un poco ser objetivo con el tema, pero prometo que puedo convencerte. En cualquier caso, hablemos de Cowboy Bebop.
¡Bienvenidos al salvaje oeste espacial!
Si buscamos un poco acerca de Cowboy Bebop, la definen como un Wéstern, Space-Opera, Neo-noir, drama, o simplemente de ciencia ficción. Aunque yo prefiero decir que es todas esas cosas y ninguna de ellas. Cada uno de los episodios tiene una atmósfera distinta, desde el salvaje oeste a un hipotético Londres victoriano, pasando por una ciudad de lo más ciberpunk.
La historia de Cowboy Bebop está centrada en un mundo distópico, donde la humanidad se ha visto obligada a colonizar el espacio exterior a causa de un seguido de desastres naturales ocurridos en la tierra.
La dificultad por mantener el orden en el espacio, obliga a las autoridades a requerir de los servicios de los cazarrecompensas.
Jet Black, un expolicía terrestre y su socio Spike Spiegel, un antiguo miembro de una banda criminal, recorren el sistema solar a bordo de la nave Bebop trabajando como cazarrecompensas con bastante poca fortuna.
Faye Valentine, Ed, o un perro al que llaman Ein, son otros de los personajes principales que irán apareciendo a lo largo de la historia.
Llegados a este punto, creo que todavía no te he impresionado; por lo que hablaremos un poco más en profundidad.
La belleza de Cowboy Bebop reside en su banda sonora en clave de Jazz.
A lo largo de sus 26 episodios, denominados como Sessions (en homenaje a las sesiones de las bandas de jazz), iremos descubriendo el pasado de cada uno de los tripulantes del Bebop. Alejada de ser una historia lineal, se sale constantemente del argumento principal para descubrir parte del pasado de sus personajes, atados siempre por el hilo de sus melodías de jazz para reconocer el camino de vuelta a la historia original.
Una tripulación de lo más extraña
No hablaremos en profundidad de los protagonistas, para eso ya tienes Wikipedia. Creo que es más interesante saber la huella que dejan en la serie, para luego poco a poco ir descubriendo su historia al ver el anime.
Spike Spiegel es el protagonista inconfundible de la serie, sus andares despistados y su tono despreocupado, esconden un oscuro pasado lleno de tristeza que sólo podremos ver reflejado en su mirada perdida, y en el oscuro de su ropa. Sus habilidades para el combate cuerpo a cuerpo y su puntería, destacan del resto de integrantes del equipo.
Jet Black es mucho más objetivo y suele aplicar el sentido común a todo lo que hace, algo que parece tener adquirido tras su pasado como policía. Jet es un perfecto Pepito Grillo para Spike.
Por otro lado, Faye Valentine es la viva imagen del caos, un barco a la deriva lleno de sentimientos que ansía encontrar su lugar. En el transcurso de la historia, descubriremos que su pasado y presente forman parte de épocas distintas, algo que será determinante para la historia.
Ed, o también llamado Edward Wang Hwe Pepel Cybulski 4th, es el niño de género desconocido con un increíble talento para la informática. Sinceramente nunca he llegado a entender su papel en la historia, sus habilidades sirven de ayuda en algunos momentos sin ser determinantes, para concluir su paso en la serie de la misma forma que su presentación: sin sentido.
Para terminar, solamente nombrar a la mascota y parte de la tripulación del Bebop, Ein. Un perro de raza Corgi, que teóricamente es fruto en un experimento para aumentar su inteligencia. Realmente no tiene ningún tipo de protagonismo en la historia, más allá de ser el amigo inseparable de Ed.
La explosión internacional del anime en los 90´s
La década de los 90 fue fundamental para la cultura popular nipona, si hablamos del mundo de los videojuegos, empezamos el decenio con el microordenador MSX, vivimos una guerra de consolas entre Sega y Nintendo, y terminamos con Playstation 2.
En el mundo del anime fue mucho más significativo, siguiendo la estela de las series clásicas de lo 80, la omnipotente Dragon Ball desencadenó todo un torrente de animes shonen con una estética similar: Yu Yu Hakusho, Saint Seiya, Sailor Moon. La segunda mitad de los 90 fue muy diferente, la aparición de series como Serial Experiments Lain, Neon Genesis Evangelion, o películas como Ghost in the Shell, mostraron un tipo de anime mucho mas profundo y orientado a un público menos infantil.
La llegada de Cowboy Bebop en 1998 de la mano de Shinichiro Watanabe, significó un antes y después en la estética y narrativa de los animes, donde la música se convierte en el hilo conductor de la historia.
Yoko Kanno, bajo la batuta de la historia.
La compositora Yoko Kanno fue la encargada de la banda sonora de Cowboy Bebop.
Nacida en 1964 en Miyagi, prefectura al oeste de la capital nipona, con tal sólo tres años Yoko Kanno ya apuntaba como virtuosa del piano. Aunque estudió literatura japonesa en la universidad de Waseda, decidió aprovechar su talento para la música, dedicándose a componer bandas sonoras para videojuegos, pero principalmente para series de anime.
En 1996 debutó con la banda sonora de la serie Escaflowne, fundiendo la música orquestal con el Pop.
La eclosión de su popularidad llegaría en 1998 con su trabajo en Cowboy Bebop, fundando para la ocasión la banda The Seatbelts. Nueve LPs son la muestra de su éxito, algunos tan destacados como Tank!, Blue o No Disk.
En la mayoría de las entrevistas, Kanno siempre ha declarado que: «La música fue una de las primeras partes de Cowboy Bebop que comenzaron en producción. Incluso antes de que los personajes y la historia fueran si quiera completados». Y es que Cowboy Bebop no sería lo que es sin su música. Una banda sonora centrada en el Jazz, pero que coquetea con otros géneros como la bossa nova, el blues, el ska o incluso el pop.
Mejor no hablamos de su live Action, ¿verdad?
Las adaptaciones en imagen real con actores de anime, o más conocidas como live action, suelen ser un tema bastante escabroso. Por norma general suelen ser de pequeños a grandes despropósitos, que terminan por oscurecer el éxito de una obra.
Death Note, Attack on Titan, o la terrorífica Dragon Ball Evolution, son algunos ejemplo de cómo no deben hacerse las cosas. Aunque a veces, es posible encontrar un oasis en el desierto, como por ejemplo la adaptación de Alita, Ángel de combate.
Como estarás imaginando, Cowboy Bebop también ha tenido su versión live action. Producida en 2021 por el gigante Netflix, se estrenó únicamente una temporada de 10 episodios siendo cancelada a menos de un mes de su estreno.
No voy a decir que es una mala adaptación, ni un disparate, simplemente diré que no han sabido transmitir la esencia de la serie original. No ha sido a causa de pocos recursos, ni de los efectos especiales, ni de las interpretaciones, incluso Yoko Kanno tuvo un cheque en blanco para su banda sonora. Mi conclusión es que no todos los animes pueden ser adaptados. Pese a la globalización y al mundo hiperconectado actual, la cultura popular nipona sigue estando en las antípodas de occidente. Estamos acostumbrados a productos de occidentales para occidentales, un claro ejemplo son los live actions de Disney. Pero las adaptaciones que nos llegan de productoras japonesas, están claramente orientadas para su público insular, y las occidentalizaciones de obras niponas, terminan siendo bodrios difíciles de digerir.
"Nos vemos Cowboy del espacio"
Hasta aquí hemos llegado, y la verdad es que tenía muchas ganas de hablarte de este fantástico anime. Voy a seguir pareciéndote engreído, porque estoy seguro de que te habré convencido para que le des una oportunidad, si es que aún no se la has dado ya. Coincidirás conmigo que tras más de veinte años de su estreno, merece seguir estando entre los mejores animes de todos los tiempos.
Para terminar, sólo me queda decirte: «See you space cowboy!«