Portada_Daimajin_madeinjapan.es

Daimajin, un Kaiju rodeado de samuráis

No hay ninguna duda que uno de los elementos más conocidos de la cultura Pop nipona son los Kaijus.
Godzilla, Gamera, o incluso King Kong son algunos ejemplos de los protagonistas del género cinematográfico Tokusatsu, tan de moda en la pasada era Showa.
Un género que actualmente ha quedado de lado, aunque revitalizado con mayor o menor acierto, por algunas producciones de Hollywood y compañías de streaming.
Uno de los puntos en común de todas estas cintas, es su ambientación: un presente cercano a la realidad, donde la aparición de un ser monstruoso de dimensiones colosales rompe la armonía social que debe ser recuperada por un gran héroe.
Como me suele pasar, buceando en la red encontré una película de Kaijus de la misma época, pero con un hilo argumental bastante diferente.
Daimajin, el dios diabólico es una película del mismo estilo pero ambientada en la era de los samuráis. Una combinación bastante alejada del canon del género, pero que sorprende por su originalidad.

Godzilla_el_rey_de_los_monstruos_madeinjapan
Godzilla es quizás el kaiju más popular del género tokusatsu.

Trilogía Daimajin, Kaijus y samuráis en la era Sengoku.

Daimajin, el dios diabólico, es la primera película de una trilogía producida por el estudio Daiei, una productora mayormente conocida por títulos como Rashomon (Akira Kurosawa 1950) o Cuentos de la luna pálida (Kenji Mizoguchi 1953). Las tres películas se estrenaron con pocos meses de diferencia en el año 1966. La secuela, Daimajin, El contraataque del dios diabólico (Agosto 1966) y Daimajin, la ira del dios diabólico (Diciembre 1966), sería la que cerraría la trilogía.

Daimajin_portada_películas_madeinjapan
Carteles promocionales de las películas de Daimajin con el estilo tan característico de la era Showa.

La primera cinta ambientada en la era Sengoku, parte de la traición a un poderoso daimio (señor feudal) por uno de sus nobles de confianza, que acabando con la vida de su señor, terminará ocupando su puesto. Algo que obligará a los herederos del daimio a esconderse en una cercana montaña maldita.
En ella se oculta el espíritu de un dios malvado, representado en una colosal estatua de roca esculpida en la montaña.
Los acontecimientos desencadenarán el despertar de Daimajin como un imponente guerrero de piedra gigante. 

fotograma_película_Daimajin_madeinjapan
El imponente Daimajin ajusticiando al daimio y sus vasallos samuráis.

Teniendo en cuenta las dificultades técnicas de la época, en lo que se refiere a efectos especiales, Daimajin sólo aparece durante los últimos 10 minutos de película. El actor Riki Hoshimoto, enfundado en un pesado disfraz, interpreta al carismático Kaiju con unos movimientos y poses que le otorgan un realismo excelente.
Como dato curioso, en la máscara del personaje, se mantuvieron descubiertos los ojos del actor, que a diferencia de las marionetas de Godzilla, le daban un punto más de realismo.
Podemos decir que pese a ser una trilogía, ninguna de las tres películas tienen relación en la historia, no comparten el mismo hilo argumental, y ni siquiera el mismo elenco de actores. Algo que demuestra que podrían funcionar de forma independiente.

Tres directores enamorados del Chambara.

El estudio Daiei, resposable de la saga Daimajin, siempre se ha caracterizado por ir un paso por detrás de los míticos Toho con su icónicos Godzilla o Los Siete Samuráis. Centrados en el cine de samuráis, fantasearon con la idea de unir los Kaijus y el género Chambara para competir con el rugido del enorme dinosaurio mutante, o como lo llaman los nipones, Gojira.

Con el fin de estrenar su producción los antes posible en la salas de cine, los productores de Daiei decidieron contar con tres directores distintos para su saga.

set de rodaje daimajin madeinjapan
Rodaje del film Daimajin con los medios de la época

Para la primera entrega, Daimajin, el dios diabólico, el elegido fue Kimiyoshi Yasuda, un director bastante popular por sus películas de personaje Zatoichi.
Daimajin, El contraataque del dios diabólico, fue dirigida por Kenji Misumi, famoso por su dirección de las películas de Lobo solitario y cachorro.
Kazuo Mori fue el encargado de la tercera y última entrega, Daimajin, la ira del dios diabólico.
Lo que inicialmente debía centrarse en una sola película, terminó en una trilogía sin ninguna conexión.

¡Venga, pongamos una peli de samuráis gigantes!

Reconozco que la saga Daimajin no son grandes películas, y puede que en 1966 estas cintas pasaran sin pena ni gloria, ya sea por lo intocable y definido que era el género chambara, o por el éxito de los monstruos nacidos de la radio-actividad y los experimentos nucleares. Lo que sí me atrevería a afirmar, es que sacar del cajón esta trilogía, podría servir de inspiración para que por medio del cine o del anime, se revitalizara el género kaiju.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *