Anime live-action, ¿Éxito o fracaso?
Francisco Imbernón
Tras pulsar el botón del mando a distancia, llega por fin ese momento de relajación artificial al terminar mi día. ¡Totom!, la gran N bermellón del streaming resuena en mi televisor llenando la pantalla. Como siempre el catálogo es abrumador, y termino repasando un par de categorías para no alterarme. «¿ Y si busco algo de anime?… Cowboy Bebop, One Piece, Yu Yu Hakusho, parece que tenemos una sección ya sólo para los live-action», pensé. ¿Nos atrevemos?
Hoy hablamos de anime y sus live-action, ¿Éxito o fracaso?
¿Qué es un live-action?
Live-action es el anglicismo usado para denominar a las series o películas de imagen real basadas en cómics o dibujos animados. La compañía Disney ya hace años que se encarga de producir este tipo de películas basadas en sus clásicos de animación, y si hablamos su filiar Marvel Studios, todo su éxito se ha centrado en sacar a los superhéroes de las viñetas para generar beneficios económicos abrumadores. Si cruzamos el pacífico y volvemos al país del sol naciente, en el mundo del manganime también se han realizado numerosas producciones con mayor o menor éxito. Ya sea por su pobre adaptación, falta de presupuesto o modificaciones en el guion, este tipo de live-action siempre ha tenido bastante mala reputación, aunque las nuevas generaciones junto a el auge de las plataformas de streaming están haciendo cambiar esta tendencia.
La moda de los live-action nipones
El mediamix japonés, del que ya hemos hablado en otros artículos, está en constante evolución y desarrollo. Si un manga de éxito salta a la gran pantalla en forma de anime, el siguiente paso es crear un live-action con la intención de llegar a mucha más audiencia, creando interés por el producto inicial y en consecuencia el consumo de todo el mediamix de la franquicia.
La apuesta por este formato está actualmente de moda como consecuencia del éxito de las adaptaciones de One Piece y Yū Yū Hakusho, generado notables beneficios y excelentes niveles de audiencia. No hay ninguna duda que la plataforma de la N sigue montada en la «gran ola» de la popularidad, y ya ha anunciado para este año el live-action de Hellsing (Kōta Hirano), y de City Hunter (Tsukasa Hōjō).
El ADN de un live-action de éxito
Ya centrados en el país nipón, la trayectoria de los live-action basados en series de manganime han tenido un vaivén de resultados con los que quizás ya podríamos descifrar cuál es la fórmula de un producto de éxito:
- Respeto por la nostalgia y la autenticidad de una obra
No hay ninguna duda que una de las mayores dificultades de este tipo de adaptaciones es contentar de forma equilibrada a los diferentes públicos objetivos, por un lado los seguidores a la serie original suelen ser muy exigentes con la fidelidad de la obra y críticos con los cambios de guión. En cambio muchos argumentos, personajes o actuaciones no siempre se adaptan a los gustos y creencias de las nuevas generaciones. Un claro ejemplo es el desafortunado live action de Cowboy Bebop, donde el carisma de los personajes queda muy lejos de la historia original estropeando la propia esencia de la serie.
- Asesoramiento del autor de la obra original
Si hay que nombrar una de las claves del éxito del live-action de One Piece, es que todo el proceso ha sido supervisado y asesorado por su autor, Eichiro Oda.
No es fácil caracterizar a un personaje de anime en el mundo real sin perder algo de autenticidad y naturaleza, y no hay mejor asesor que el propio autor del mismo; que además, facilita la coherencia narrativa a la hora de mezclar conceptos o eventos del anime y del manga.
- La elección de los personajes
En muchas ocasiones para la creación de los live-action, los productores prefieren contratar actrices y actores famosos y atractivos, alejados de la apariencia original para los papeles principales, pensando mucho más en el beneficio a corto plazo que en la continuidad del producto en temporadas.
La correcta elección de los protagonistas es fundamental para conseguir que el fiel espectador, se sienta una vez más dentro de ese entorno conocido gracias a la nostalgia que evocan sus personajes.
Como ejemplo tenemos a los integrantes del live-action de Yu Yu Hakusho (2024), una excelente elección de actores para interpretar a Yusuke, Kuwabara, y demás personajes, muy similares tanto en aspecto como en esencia, que convence a los que somos fieles seguidores, como a neófitos de la serie original.
En el lado opuesto podríamos escribir todo un artículo al respecto, pero por citar sólo alguno tenemos la adaptación de Ataque de los Titanes (2015), donde la personalidad y carácter de los personajes dista bastante de la historia original. Una decisión poco acertada de su director Shinji Higuchi, que junto a los grandes cambios en la trama, terminó con estropear lo que podría haber sido todo un éxito.
- Efectos especiales
El anime es una ficción donde lo sobrenatural está presente en prácticamente todas las historias y sus animadores son capaces de crear cualquier cosa, algo que supone una importante limitación para los live action, donde el presupuesto, en la mayor parte de los casos, determinará la calidad del producto final. Este es un punto destacable que debería hacer reflexionar a los productores antes de embarcarse en un proyecto. ¿Es factible crear un live action con un limitado presupuesto para los FX? La respuesta quizás es que no todos los manganimes son aptos para tener su versión en imagen real.
Futuro de los live-action
Seguro que si miramos dentro de la carpeta de futuros live-action de alguna productora, lo más probable es que la mayor parte de ellos provengan de manganimes de demografía Shonen.
Es evidente que el shonen es económicamente el producto más rentable de la industria del manganime, pero el error reside en su naturaleza: multitud de personajes, grandes tramas y un gran número de escenas de acción. Todo este cóctel hace que sea muy complicado trasladar a la imagen real una obra sin dejar algún cabo suelto que estropee el resultado final del proyecto.
Como consumidor de este género, si se me permite nombrarlo así, te recomiendo que le des una oportunidad, si no lo has hecho ya, a títulos como: Battle Royale (Kinji Fukasaku, 2000), Old Boy (Park Chan-wook, 2003), Crows Zero (Takashi Miike, 2007), o Space Battleship Yamato (Takashi Yamazaki, 2010).
De cualquier manera, sea mejor adaptado o no un live-action, la experiencia del espectador que haya visto el anime o leído el manga, será muy distinta del que no conozca nada de la obra original. Lo que para unos será una obra maestra, para otros se quedará en un «Ecce Homo de Borja«.
¿Has visto ya algún live-action?¿Cuál es tu favorito? Déjame por favor tu opinión en comentarios.